El morbo y el cornudo

El cornudo, ese pobre tipo al que la pareja le pone los cuernos, lleva siglos dando vueltas por libros, pelis y lienzos. No sé qué tiene de magnético, pero el asunto de la traición amorosa siempre ha fascinado. Vamos a echarle un ojo a cómo lo han pintado en diferentes rollos artísticos, desde tragedias griegas hasta porno moderno.

En la literatura, el cornudo ha sido un clásico desde siempre. Piensa en la Grecia antigua: en Medea de Eurípides, Jasón se lleva un palo gordo cuando su mujer se la juega con otro. En España, me flipa cómo en La Araucana de Alonso de Ercilla, el cacique Caupolicán acaba con el ego por los suelos por culpa de Fresia, su esposa. Y ya más cerca, en Madame Bovary de Flaubert, te dan ganas de decirle al marido: «¡Abre los ojos, amigo!». O en El amante de Lady Chatterley de D.H. Lawrence, donde el cornudo es casi un mueble del decorado. Siempre me ha parecido que estos autores disfrutan metiendo el dedo en la llaga.

En el cine, la cosa no se queda atrás. En los 40, peliculones como El ciudadano Kane de Orson Welles o Perdición de Billy Wilder te clavan a tipos que no ven venir la jugada de sus chicas. Hoy en día, tienes Infidelidad de Adrian Lyne, que me tuvo al borde del sofá, o Match Point de Woody Allen, con ese rollo elegante pero bien retorcido. Y ojo, que el porno también se ha subido al carro con el cuckolding, esa movida donde el cornudo no solo lo sabe, sino que hasta le mola mirar. Cada loco con su tema, supongo.

En el arte, los pintores no se han cortado un pelo. En el Renacimiento, me viene a la cabeza La Venus de Urbino de Tiziano, con esa mirada que dice «aquí pasa algo», o El matrimonio Arnolfini de Van Eyck, donde todo parece muy formal pero huele a cuernos que tira pa’ atrás. Luego, en plan moderno, Picasso y Bacon se lo curraron a su manera, con esas obras chungas que te hacen pensar en lo jodido que es el amor a veces.

Total, que el cornudo lleva dando guerra desde siempre en la cultura. Lo han dibujado, escrito y filmado de mil formas, y sigue teniendo tirón. Será que nos encanta el drama, o que todos conocemos a algún «afortunado» en la vida real. ¿Tú qué opinas?

Nuevo: El livro de la historia de los cornudos!

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